El abogado, ex ministro del Gobierno y divulgador científico, Eduard Punset, ha sido el encargado de inaugurar este miércoles en Málaga el ciclo de conferencias en la primera jornada del Congreso de Mentes Brillantes, y lo ha hecho recordando la posibilidad real de cambiar el cerebro de las personas y, con ello, de cambiar el mundo. "Si lo hubiera sabido en mi juventud no me hubiera afiliado al Partido Comunista con 17 años", ha bromeado.
En apenas 21 minutos -los establecidos por la organización para cada ponente bajo la premisa de que es el tiempo máximo que se mantiene intacta la capacidad de atención- Punset ha abogado por profundizar en las investigaciones de una científica británica que han demostrado que la experiencia personal de cada uno condiciona la estructura cerebral de la gente y aún así "estamos diseñados para ser únicos".

Las consecuencias físicas del amor no correspondido y la importancia de llegar a un acuerdo mundial para frenar el cambio climático han sido los otros temas que se han abordado en las primeras conferencias de este congreso, que ha sido definido por su presentador, el periodista Manuel Campo Vidal como una "experiencia sorprendente y atípica, sobre todo, porque no se va a hablar de crisis".

Este congreso, que en su primera jornada ha congregado a 750 personas inscritas y 120 periodistas, tiene como precedente La ciudad de las ideas que se celebra desde 2008 en México y cuyo objetivo, según su presidente, Andrés Roemer, es "ser creativo más allá de la destructividad del ser humano".
Uno de los platos fuertes de este jueves ha sido Mario Molina, premio Nobel de Química y asesor del presidente de los Estados Unidos en temas medioambientales, quien ha expuesto las causas y consecuencias del cambio climático. Molina ha afirmado que "cuesta sólo unos 2.000 dólares cambiar de ruleta" y pasar de un futuro con importantes riesgos de catástrofes naturales debido al aumento de temperatura global a un panorama en el que ese calentamiento apenas suponga problemas para la vida humana.
Por su parte, la antropóloga Helen Fisher ha hablado de las repercusiones físicas que puede llegar a tener un rechazo amoroso, dado que las reacciones que produce en el cerebro un enamoramiento son similares a las de una adicción a las drogas.
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